‘Metal Gear Solid Delta: Snake Eater’, el regreso perfecto de un clásico de Hideo Kojima
El 17 de noviembre de 2004 salió a la luz Metal Gear Solid 3: Snake Eater, la tercera entrega de la obra de Hideo Kojima, un título que nos cuenta el origen de Snake (Big Boss) y todos los eventos previos a los vistos en la saga Metal Gear de MSX.
Ahora, 21 años después, Konami lanza un remake de esta aclamada historia: Metal Gear Solid Delta: Snake Eater. El proyecto demuestra cómo debe hacerse un remake exitoso, respetando una narrativa redonda y mejorando los aspectos técnicos para las nuevas generaciones.
La narrativa que lo inició todo
Aunque es la tercera entrega de la saga, Snake Eater narra el origen de toda la historia. Conocemos a Jack Snake, un soldado estadounidense enviado en una misión de rescate en territorio soviético durante la Guerra Fría.
Los primeros juegos relataban sucesos del final del siglo XX, pero aquí encontramos el inicio de todo. Por eso, Konami eligió esta entrega para realizar el primer remake de la saga, reforzando su importancia dentro del universo Metal Gear.

Unreal Engine 5: el motor detrás del remake
En lugar del FOX Engine, Delta aprovecha el poder del Unreal Engine 5. La narrativa se mantiene intacta, pero la jugabilidad y los gráficos fueron actualizados para los estándares modernos.
El juego incluye dos modos distintos:
- Modo clásico: con cámara cenital y recorrido automático, tal como en 2004.
- Nuevo modo: vista sobre el hombro, estilo shooter moderno, que potencia el detalle de escenarios como Dolidovodno o Grosnygrad y mejora la experiencia de infiltración.
Detalles que hacen la diferencia
Uno de los elementos más icónicos regresa: los ciclos de día y noche. En la versión de 2004, aprovechaban el reloj del PS2 para añadir inmersión, incluso permitiendo superar batallas de forma estratégica.
En el remake, esta mecánica vuelve potenciada con trazado de rayos y mayor realismo, creando un entorno dinámico que aumenta la tensión de cada misión.

¿Un Metal Gear sin Kojima?
Tras la salida de Hideo Kojima de Konami, la franquicia quedó dividida entre su creador y la compañía dueña de los derechos. Aun así, Metal Gear Solid Delta se siente como un homenaje a su visión original.
El resultado recuerda al trabajo con el FOX Engine en Ground Zeroes y The Phantom Pain: llevar al límite las consolas de su época. Con Unreal Engine 5, Konami consigue un apartado audiovisual que rivaliza con los mejores juegos de la actualidad.
Conclusión: el remake que une generaciones
Metal Gear Solid Delta: Snake Eater no solo revive un clásico de 2004, también abre la puerta a nuevas generaciones de jugadores que no vivieron su lanzamiento original.
Este remake conserva lo mejor de la obra maestra de Kojima, respeta su narrativa y cuida los detalles mínimos que hacen la diferencia, demostrando cómo debe abordarse una reimaginación fiel.
Un homenaje a un juego histórico que, aunque en su momento no ganó el GOTY —ese honor fue para GTA: San Andreas—, sigue siendo uno de los pilares narrativos y jugables más importantes de la industria.
Las nuevas generaciones podrían ser renuentes a jugar un juego que no cumpla con las expectativas gráficas de juegos de última generación sin importar lo aclamadas que sean sus historias.

Este remake cubre dichas expectativas, acerca generaciones y deja claro que la manera de hacer un remake es tomar todo lo bueno de un juego y no alterarlo.
Se trata de cuidar los detalles por mínimos que sean ya que como jugadores apreciamos que un desarrollador cuide los detalles de los juegos que nos marcaron como generación y que nos abrieron las puertas de un mundo tan maravilloso.