Gaming Fest Liverpool: Crónica de un epicentro gamer que cautivó México
El estruendo de los torneos, las luces de neón reflejándose en miles de miradas expectantes y una energía colectiva que vibraba en cada rincón. Así se sentía el Gaming Fest Liverpool en el Centro Banamex de la Ciudad de México.
Tras varias ediciones de crecimiento exponencial, y ahora reforzado con la experiencia del equipo del Entertainment Gaming Show (EGS), el evento se ha consolidado como el punto de encuentro definitivo para la comunidad gamer de México.
Un festival masivo donde la pasión por los videojuegos une a jugadores casuales, profesionales, familias y creadores de contenido bajo un mismo techo.

Un universo de mundos por explorar
Desde el primer paso, el festival invitaba a una inmersión total. La Zona F2P (Free to Play) se erigía como el sueño de cualquier jugador: hileras de consolas de última generación como la PlayStation 5 y la Xbox Series X esperaban para ser puestas a prueba.
Junto a ellas, imponentes PCs de gama alta potenciados por marcas como ASUS, Alienware, Lenovo y AMD demostraban el poder del gaming en su máxima expresión, mientras las estaciones de Realidad Virtual transportaban a los asistentes a otras dimensiones.
La presencia imponente de los stands de los “tres grandes gigantes” —Nintendo, PlayStation y Xbox— confirmaba la magnitud del evento, ofreciendo a los fanáticos la oportunidad de probar sus lanzamientos más recientes.
Pero el Gaming Fest no solo miraba hacia el futuro; también rendía un emotivo homenaje al pasado. La Zona Arcade era un viaje directo a la nostalgia, un pasillo del tiempo donde los característicos sonidos de las “maquinitas” clásicas como Donkey Kong y Pac-Man resonaban, uniendo a padres e hijos frente a los joysticks.
En un poderoso contraste, a pocos metros de distancia, un espacio dedicado a los desarrolladores independientes mexicanos mostraba el vibrante futuro de la industria local.
Proyectos como Dark tales from Mexico, un juego enfocado en divulgar las ricas leyendas del país, demostraban cómo el talento nacional gana terreno, atrayendo a nuevos jugadores ávidos de propuestas originales.

La arena de los campeones
El corazón competitivo del festival latía con fuerza en el Coliseo eSports. La atmósfera en esta arena era eléctrica, cargada con la tensión de las finales del XP Challenge, donde los mejores jugadores se enfrentaron en títulos como Halo Infinite, Fortnite, Apex Legends, Fall Guys y EA Sports FC 2024.
Aquí, el nivel de competencia era profesional, especialmente durante el Torneo Liverpool. En un formato único, los 48 mejores jugadores del evento fueron reclutados en un draft por equipos de marcas de élite como Intel, OMEN, MSI y ASUS para competir por una bolsa de premios de hasta $120,000 MXN.
Además, los fans del fútbol virtual tuvieron acceso a una beta del esperado FC 26 y un torneo exclusivo. La acción se completaba con showmatches de influencers como Chaparrito, Latesitoo y Frida Arellano, que encendían a la multitud.
Sin embargo, el Gaming Fest demostró que la competencia va más allá de la pantalla. El evento se ha convertido en una plataforma de profesionalización. En la zona Crafter, jugadores y aspirantes a creadores encontraron un espacio invaluable para conectar con marcas líderes, buscar patrocinios y explorar colaboraciones.
Las conferencias y talleres, con la participación de expertos e influencers como Hnanto y Creador 150, ofrecían estrategias prácticas sobre cómo monetizar la pasión, consolidando al festival no solo como un lugar para jugar, sino como un ecosistema para construir una carrera en el mundo del gaming.
Más allá del control: La celebración de la cultura geek
El Gaming Fest es una celebración integral de la cultura geek, un espacio donde diversas pasiones convergen. El Pop Stage era un espectáculo constante: vibrantes concursos de cosplay infantil y adulto, desafíos de K-Pop que llenaban el escenario de energía y un show de comedia con Ojitos de Huevo que desató las carcajadas del público.
A su alrededor, los coleccionistas encontraban su paraíso en las exhibiciones de marcas como Bandai y Panini, que mostraban figuras, mangas y cómics exclusivos. Eventos especiales, como la celebración del Día de Batman en colaboración con Warner Bros., demostraban cómo el festival lograba unir a diferentes fandoms en una experiencia compartida.
Este espíritu comunitario e inclusivo se sentía en cada rincón. Las sesiones de Meet and Greet permitieron a los fans conocer a una impresionante lista de creadores como Cherry Arizona, Soy Dasito, Pepe Toño y Diego Valenzuela.
El ambiente era eminentemente familiar, con una Zona Kids especialmente diseñada para los más pequeños. El festival lograba con éxito su misión de “unir generaciones”, creando un espacio donde padres e hijos podían compartir una misma pasión, demostrando que los videojuegos son un lenguaje universal.

La experiencia del asistente: Luces y sombras
Recorrer los más de 13,000 m² del recinto era una experiencia sensorial en sí misma. Las luces de neón moradas, verdes y rojas bañaban los pasillos, creando una atmósfera futurista que envolvía a los más de 50,000 asistentes.
El bullicio constante —una mezcla de música, narradores de torneos, gritos de emoción y conversaciones— no era abrumador, sino el pulso de una comunidad vibrante y conectada por un interés común.
Desde una perspectiva periodística, el éxito masivo del evento trajo consigo desafíos logísticos inevitables. Las largas filas para probar los juegos más populares o participar en las activaciones más codiciadas eran una constante durante los tres días.
Lejos de ser una crítica, estas esperas eran el testimonio más claro del poder de convocatoria del festival y del inmenso interés que genera. Es una realidad en las convenciones más importantes del mundo y una señal inequívoca de que el Gaming Fest Liverpool juega en las grandes ligas.
Conclusión
En definitiva, el Gaming Fest Liverpool ha trascendido la etiqueta de “evento” para convertirse en un fenómeno cultural. Es una cita imperdible en el calendario gamer mexicano porque celebra, profesionaliza y, sobre todo, une a una comunidad diversa y apasionada.
Al ofrecer un espacio de acceso gratuito que combina lo último en tecnología, la nostalgia de los clásicos y un profundo respeto por toda la cultura geek, Liverpool ha construido un hogar para miles de jugadores.
Al consolidarse no sólo como un festival, sino como un pilar de la industria nacional, la pregunta ya no es si habrá una próxima edición, sino cómo Liverpool logrará superar un listón que ellos mismos han puesto en lo más alto.