El Juego del Calamar: El director y elenco revelan secretos del final de la serie de Netflix
Terminó la serie sensación de Netflix proveniente de Corea del Sur, El Juego del Calamar, con una temporada que generó polémica por el desenlace que tuvo.
En Clímax en Medio tuvimos la oportunidad de estar presentes con el director y escritor de la misma, Hwang Dong-hyuk, así como el Jugador 456, Lee Jung-jae y el gran villano, Lee Byung-hun, que nos compartieron sus puntos de vista sobre esta conclusión, sus temas y sus destinos.
“El foco de esta temporada tres reside en este mundo que parece empeorar económica, política y socialmente”, detalló Dong-hyuk.
La visión de Hwang Dong-hyuk sobre el desenlace
“Quise formular la pregunta: ¿tenemos lo que necesitamos para proteger y confiar en la humanidad y unirnos para un futuro mejor? El viaje de Gi-hun trata de encontrar esa respuesta y mientras la audiencia sigue sus pasos, espero que levante una pregunta en ellos”, siguió.
“En un mundo donde la avaricia crece y continuamos expresando nuestro enojo unos contra otros, ¿tenemos esperanza de hacer las cosas de otra forma para una nueva generación?”, complementó.
Para el escritor y director no fue sencillo diseñar el final de El Juego del Calamar: “Solo puedo decir que el duelo entre Gi-hun y el líder que comenzó en la anterior temporada trataba sobre sus creencias y valores y cuáles eran los correctos. Una pelea entre filosofías”, comentó.
Una pelea de filosofías y un final alternativo
“Aquí, la historia explora cómo ambos se afectaron e influenciaron mutuamente. Todo lo demás, especialmente el desenlace, si bien ofrece un cierre tal cual, sí deja una sensación de añoranza o de que algo falta. Quien sabe, tal vez haya espacio para más historias si la oportunidad lo permite o el tiempo sea el correcto”, confesó.
Asimismo, Hwang reveló que tenía otra conclusión en mente para El Juego del Calamar. “Cuando tenía una vaga idea de lo que quería contar en estas últimas temporadas, era distinto”, dijo.
“Pero cuando entré de lleno al proceso de escritura y creaba mis personajes, la fundación y la base de esta historia, así como el mapa para el arco que Gi-hun iba a tener, me percaté de que lo que pensé no era la forma de terminar todo. Hubo un cambio muy drástico en ello comparado al que tenía al inicio, honestamente”, sumó.

La química entre Lee Jung-jae y Lee Byung-hun
Sabemos que la batalla entre 456 y el Líder definitivamente es el fuego que alimenta el relato, creando una química especial entre los actores Lee Jung-jae y Lee Byung-hun.
“Curiosamente, empezamos nuestras carreras casi al mismo tiempo, pero manejamos las mismas separadamente por un buen tiempo. Nunca habíamos compartido escena”, apuntó Byung-hun.
“Esta era la primera vez que podíamos hacer eso y conforme pasaron los años, hemos creado una buena amistad, compartiendo cenas o tragos”, continuó.
Escenas memorables y elogios entre colegas
“Cuando nos juntamos para crear la química en la serie, no hubo necesidad de forzar ningún tipo de situación para que esto funcionara porque nos sentíamos muy cómodos el uno con el otro de inmediato”, siguió.
“Personalmente, diría que el momento más memorable que tuvimos los dos en todo este tiempo es cierta escena donde los dos nos encaramos cándidamente en esta última temporada. Para mí, fue algo inolvidable”, agregó el histrión surcoreano.
Por otro lado también hubo elogios de otro miembro del elenco: “Byung-hun es un actor a quien todos admiran en Corea. Incluso yo tengo ese sentimiento por él”, expresó Jung-jae.

El reto de interpretar múltiples personalidades
“Tengo mucho respeto por él, no solo por que ha sido una gran estrella en esta industria por más de 30 años, sino porque es un apasionado de su trabajo, es profesional como pocos al estudiar e investigar para su papel. Y también suele entender muy bien el proyecto en el que suele trabajar”, añadió.
“Todo eso se demuestra con su trabajo. Y esa es la razón por la que muchos lo admitamos. En El Juego del Calamar, hizo una gran labor dando vida a tres diferentes papeles dentro de uno solo”, continuó.
“Tuve la gran fortuna de trabajar con esas tres personalidades mientras era Gi-hun y así conocer todas sus aristas, ya fuese como In-ho, Young-Il y el líder. Y mientras lo hacía, estaba asombrado por su habilidad para interpretarlos de forma tan detallada. Me parece que justo por eso se siente tanta química entre ambos”, aseveró el experimentado histrión.
Una historia curiosa de Lee Byung-hun
Hablando del líder de Lee Byung-hun, él tiene una historia de fondo bastante interesante. Sobre ello, reflexionó:
“Trabajando en la primera temporada, realmente no había planes de Hwang Dong-hyuk para continuarla. Era una serie limitada. Solamente iba a hacer un cameo y no hubo discusiones al respecto de quién era este personaje”, enfatizó.
“Fue hasta que el show se convirtió en todo un fenómeno global que se decidió hacer las siguientes dos temporadas, entonces trabajamos en el trasfondo de ese personaje. Inevitablemente hablamos sobre qué es lo que lo convirtió en ese hombre y aquello que lo motiva a ser ese enigma para todo el público”, añadió.
“Comprender eso y retratarlo era muy importante, todo un desafío para mí como actor”, continuó.
“Además, tenía muchas preguntas mientras lo hacía pero las características que salieron a flote de tantas conversaciones entre nosotros me presentaron esos retos que no había encarado en mi carrera, sobre todo la idea de ser tres personajes en uno solo. Fue intrigante para mí y así fue el proceso de construcción de este memorable papel”, complementó.

Gi-hun y sus nuevas relaciones dentro del Juego del Calamar
Lee Jung-jae también demuestra sus atributos como actor en el arco que Gi-hun tiene, especialmente por las relaciones que entabla con los jugadores 149, Kang Ae-shim, y el 222, Gim Jun-hee.
“Con Ae-shim, su Kim resulta ser una figura maternal para mí. Y algunas veces, gracias a ella, él encuentra el valor o las razones para seguir encontrando esperanza en medio del juego”, mencionó.
“Mientras que con Jun-hee, interpretada por Jo Yu-ri, funciona como si fuera una hija para 456. Y el bebé simboliza algo que Gi-hun desea proteger”, siguió.
Al respecto el actor profundizó: “Esto hace que mi papel, 456, tenga una razón y un propósito para ganar y dejar todo de lado. Ellas hicieron un tremendo trabajo con sus roles y me ayudaron a poder armar el mío también”, dijo.
“Me hubiera gustado tener más escenas con ellas dos, porque también tuvimos una gran química. Pero era más importante retratar el fondo del abismo al que Gi-hun se enfrentaba debido al arco del personaje, pero si me hubiera gustado pasar más tiempo con ellas en escena”, añadió el surcoreano.

El equilibrio entre brutalidad y emoción
Existe una delgada línea en El Juego del Calamar para mantener el balance entre la brutal intensidad de los juegos y la profundidad emocional de los protagonistas del mismo.
“Lo que hice fue que con cada juego que presentaba en el relato, siempre consideraba dos cosas. Primero, que debía ser divertido en su forma de jugar así como interesante. Luego, que dentro de las reglas de los mismos, hubiera espacio para crear las historias entre los personajes y elaborar el drama entre todos”, reconoció Hwang.
“Para los juegos de la temporada tres, hice lo mismo que en los anteriores. No son una replica de los que existen en el mundo real, pero entre las modificaciones y las formas, tenía que buscar integrar el espacio para mostrar las diferentes narrativas e interacciones entre ellos y su desarrollo en los mismos”, expresó.
“No hay una fórmula específica para lograr ese balance, solamente que hay algo más importante en ellos que el factor de entretenimiento. Aquí, importan las dinámicas de personajes que nos lleven al drama y la particular conclusión de los respectivos arcos que tienen o incluso hasta su propio colapso”, acotó el también guionista de El Juego del Calamar.
Los mayores retos de la última temporada de El Juego del Calamar
Finalmente, la triada estelar de la serie de Netflix habló sobre lo más complicado que vivieron al hacer esta última temporada.
“Más allá de una escena o secuencia, siempre fue el cómo a través de este conflicto entre el líder y Gi-hun, podemos percibir lo mucho que se afectaron mutuamente al conocerse. Saber si algo cambió en el alma del líder o no al relacionarse más con Gi-hun es interesante y viceversa”, comentó Byung-hun.
“¿Acaso 456 es capaz de irse al lado oscuro después de todo lo que ha visto y vivido, o seguirá protegiendo sus nobles creencias? Manejar esa tensión fue un reto fundamental para mí esta vez”, admitió.
Por otro lado, “para mí, fue lidiar con la escala de la serie que fue enorme en el grado de historia y producción esta vez”, relató Hwang.
“Además, la cantidad de personajes importantes que llegas a conocer que, comparado con el inicio del relato, eran el doble. Si bien El Juego del Calamar se centra en Gi-hun, era importante para mí crear las subtramas con los otros personajes era clave para mantener interesada a la gente en la serie. Lograr ese equilibrio fue todo un reto”, siguió.
“Reescribí varias partes del guion para que todos tuvieran su peso adecuado y fueran tan convincentes y reales como fuera posible. No fue sencillo”, comentó Dong-huyk.

Gi-hun, entre la esperanza y la desesperanza
Otro de los que se pronunció al final fue el protagonista: “En mi caso, tuve un cierto sentido de emoción que se quedó conmigo durante la segunda y tercera temporada. Eso fue todo un reto porque Gi-hun trata de hacer tantas cosas antes de entrar de nuevo al juego”, expresó.
“Y cuando regresa, intenta salvar a toda la gente posible para terminar de una vez por todas con ello. Pero nunca le sale bien. Ese sentido de derrota y desesperanza me afectó de forma intensa. Esa fue la emoción fundamental que me acompañó haciendo estos últimos episodios y fue un gran desafío para mí”, manifestó Lee Jung-jae.
“Creo que la razón por la que Hwang describió así al personaje es porque quiso mostrar cómo somos en nuestra vida real, donde intentamos muchas cosas para lograr un objetivo y todo falla”, continuó.
“Pero a pesar de eso, busca retratar la esperanza y por ello Gi-hun pega hasta el fondo de la forma en que lo vemos. Me parece que ese es el mensaje que buscaba conseguir a través de mi papel. En una nota más personal, otro reto complicado fue estar en dieta estricta por más de un año. Eso es algo que no volvería a hacer nunca”, concluyó el histrión que da vida a 456 en El Juego del Calamar.
