Darío Yazbek, entre el ‘Buen salvaje’ y ‘Magallanes’: “Debemos encontrar nuevas formas de contar historias”
En el Teatro Rubén Romero, durante la 23ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), se sintió el palpable cierre de un círculo. Al recibir el Premio Cuervo Tradicional, el actor Darío Yazbek Bernal no solo aceptaba un galardón, sino que protagonizaba un regreso a su cuna artística.
Cuauhtémoc Cárdenas Batel, vicepresidente del festival, lo definió con precisión al calificar a Yazbek como alguien “de la casa”, recordando cómo había crecido entre los pasillos y proyecciones del FICM desde niño.
Este premio, destinado a una “carrera en ascenso y que se va consolidando”, selló un ciclo, reconociendo la madurez de un artista en el mismo lugar que lo vio nacer.
Un actor con linaje y voluntad
La vocación de Darío Yazbek germinó en un terreno fértil, criado en el seno de una familia ligada al arte —su madre es la actriz Patricia Bernal y su medio hermano, Gael García Bernal—.
Sin embargo, lejos de depender del linaje, su interés se encendió por voluntad propia a los 14 años, cuando dirigió y actuó por primera vez en una obra escolar.
Yazbek tomó una decisión consciente para forjar su propio camino y, en 2010, formalizó su pasión al obtener una beca para estudiar actuación en el prestigioso college de Goldsmiths, en la Universidad de Londres.
Aunque su filmografía ya contaba con trabajos notables, fue su carismática interpretación de Julián de la Mora en la exitosa serie La casa de las flores lo que lo catapultó a la fama, convirtiéndolo en un rostro familiar para el gran público.

El gran salto al cine de autor
El año 2025 se perfila como un punto de inflexión que exhibe su impresionante rango, demostrando una rara habilidad para navegar dos polos del cine contemporáneo.
Por un lado, en Buen salvaje, una comedia dramática nacida “entre amigos, sin nada de dinero, con pura pasión” durante la pandemia, da vida al excéntrico Don Chelo.
Este personaje desbordado, en sus propias palabras, le permitió una “celebración a esa teatralidad que existe en nuestra cultura”, rompiendo con la contención habitual del cine mexicano.
En el otro extremo del espectro, Yazbek da un salto contundente a la escena internacional con Magallanes, un ambicioso drama histórico del director filipino Lav Diaz, maestro del “slow cinema”.
Estrenada en el Festival de Cannes, la cinta lo reúne en pantalla con su hermano, Gael García Bernal —quien interpreta al titular explorador—, consolidando su presencia en el cine de autor de alto riesgo artístico a nivel global.
En busca de nuevas historias
Al recibir el galardón, la emoción de Darío Yazbek fue palpable, y sus palabras reflejaron un profundo sentido de gratitud y compromiso.
“Este premio me incentiva y me emociona. Siento que estamos en un momento importante en la industria, donde debemos encontrar nuevas formas de contar historias, y creo que no hay mejor lugar para empezar que aquí en Morelia”, declaró el actor.
Esta afirmación cobró un significado aún más profundo cuando confesó que fue precisamente el FICM la principal inspiración que lo impulsó a dedicarse al cine. El reconocimiento no era solo un premio más, sino la confirmación de un camino que comenzó, simbólicamente, en esa misma ciudad.

Un premio que da impulso
Lejos de ser la culminación de una carrera, el Premio Cuervo Tradicional, acompañado de un incentivo económico de 120 mil pesos, se presenta como un impulso fundamental para el futuro de Darío Yazbek.
El galardón lo reafirma no solo como una de las figuras más sólidas del cine mexicano contemporáneo, sino como un actor con una visión única.
Su trayectoria, ahora reconocida en el festival que fue su primera escuela, lo posiciona como un talento capaz de forjar un camino singular, tendiendo un puente entre el cine nacional de espíritu independiente y la exigente escena artística internacional.