‘Crónicas del otro norte’: Un documental que transforma los sueños en cine
Crónicas del otro norte es un documental que pareciera un viaje a la ciencia ficción y a la exploración onírica, un trabajo diferente que muestra que el género sigue transformándose y continúa asombrando a propios y extraños.
En esta ocasión, su realizador, León Miguel, decide instalar en el centro de Chihuahua una cabina donde la gente puede entrar para narrar sus sueños, pero no aquellos de los que quiere lograr, sino los que experimenta al quedar dormidos, lo que lleva al espectador a conocer de viva voz el mundo de las fantasías.
La cinta fue ganadora en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato en 2024 y este año llega a pantallas de cine para conquistar al espectador y continuar atrapando la imaginación y sueños de sus espectadores.
Con motivo de este estreno en Clímax en Medio charlamos con su realizador.

Soñar con Chihuahua en Barcelona
León Miguel, un sueño que te lleva a construir otros sueños. ¿Qué se siente ver que un sueño puede transportarse más allá de una imaginación a una película?
Es inesperada la sensación porque no hubo una intención inicial de que esto se convirtiera en película. La idea de montar la cabina para que la gente entrara y me contara sueños era más una motivación personal por cierto agotamiento de llevar años ya en este hermoso arte de contar historias, un agotamiento de ciertos trucos y ciertas formas.
Siempre me acuerdo de una frase que le escuché a Herzog, el dijo que sería capaz de ir a la luna con tal de encontrar imágenes nuevas e historias insólitas. Por este cierto agotamiento ya que tenemos un siglo de cine, y de no sólo cine, sino la cantidad de historias por todos los formatos y medios que recibimos.
Y obviamente yo no podía ir a la luna, eso es un hecho, pero sí intenté encontrar la luna que tenemos aquí abajo en la Tierra, que es el mundo de los sueños, y adentrarme en un viaje para traer de ahí material que conforme iba avanzando me di cuenta que tenía que ser película sí o sí.
Todo arranca porque yo soñé con Chihuahua viviendo en Barcelona, sin conocerla ni saber colocarla en el mapa ni nada, y años después me vi en Chihuahua y armando esto.

Poner imagen a los sueños de la gente
¿Cómo llega en ti el reto de vestir con estas imágenes, estos diálogos de los sueños de la gente?
Pues mira, la idea era que no tuvieran protagonismo los rostros y mantener el anonimato para ir un poco a esa idea de relato originario y ancestral, porque es un poquito una memoria colectiva, la de los sueños, no sabemos bien de dónde vienen.
Y esos relatos tipo Las mil y una noches en las que es apócrifo, en donde no se sabe quién narra, quién no, y para esa identificación del espectador de una manera como no habrá sentido antes, porque todos soñamos, darla en película.
Quise prescindir de los rostros y agarrar esas voces y también para no condicionar a la gente delante de la cámara, grabar el sonido y luego el otro elemento que me llevó a eso fue el mostrar Chihuahua de otra manera.
Hay mucho lugar común y tópico sobre Chihuahua, dentro y fuera de México y yo quería mostrar otras, salvando las distancias, Borges creó su Buenos Aires.
Tú vas a Buenos Aires y no está el Buenos Aires fantástico con el que Borges arma sus ficciones. Tú vas a Londres y no encuentras el de Robert Louis Stevenson, no hay niebla, es otro.
Pero precisamente los lugares son susceptibles, son espacios mentales para hacer los nuestros. yo quise hacer otra Chihuahua, entonces de ahí viene el blanco y negro y el intentar ver detalles en los que no se encuentra Chihuahua y a la vez veas un espacio otro espacio diferente, era mucho más misterioso.

Un filme desde la intuición
¿Qué tan complicado fue seleccionar estas voces, porque tenemos relatos desde pérdidas a sueños más oníricos? ¿cómo fue seleccionar este conjunto de narraciones?
Primero por lo que ejercían en mí, lo bueno de no haber desde el origen una productora detrás con una fecha, un deadline, con tiempos marcados, el hecho de que el proceso en sí fueran 7 años, me hizo poner en primer término el proceso.
Es decir, normalmente no tenemos tiempo de que la intuición entre en los procesos creativos de las películas porque no da tiempo y porque hay deadlines, porque ya hay fechas de estreno, porque hay preventas, etcétera.
En este caso que lo hice en secreto, mientras trabajaba en otros proyectos, por así decirlo a mi antojo, puse en primer término el proceso para que se pudieran dar la intuición y conforme al escuchar se me iban cayendo ciertos sueños y otros seguían manteniendo el asombro, ese fue el primer baremo para seleccionarlos.
La influencia de David Lynch
Y el segundo, me regí un poco por Twin Peaks de David Lynch, la de los 90, que a mí me fascinaba cómo podía ser que una serie tan rara y extraña, en principio, sentara en el sofá a mí madre, a mi hermana y a mi padre, que no tenemos nada que ver el uno con otro en gustos, y reunía a la familia delante de la televisión en los 90.
Entonces la analicé y analicé desde todos los puntos de vista hasta que me di cuenta que lo que hace David Lynch es no repetir tonos de secuencias, es decir, si una es medio misteriosa, que la siguiente sea un poco cómica, después de la cómica me voy a una terrorífica, después de la terrorífica a una un poco romántica, después de la romántica a una un poquito inquietante.
En ese equilibrio de tonos se va sosteniendo algo en lo que no puedes prever lo que te va a venir, entonces, bajo esa premisa intenté hacer una selección de sueños que eran más de 300 y al final tuve que seleccionar los que hay en la película, que ni me acuerdo cuántos son.

El arte de confiar en una idea arriesgada
¿Cómo fue acercarte al gobierno municipal y pedirle permiso?
Primero fue el Festival De Arte Nuevo, el FAN, en el 2017 era el primer año que se hacía, estaba a punto de estrenarse El secreto del doctor Grinberg [Cuellar, 2020] y ya me conocían un poquito por eso y había hecho algún taller de cine yo, se me acercó la persona que lo organizaba y me dijo “oye, ¿tienes alguna idea, alguna instalación para este festival? Estamos abiertos a todo”.
Y yo traía esa idea desde un rodaje que hice en Colombia, en la selva, en la que cuando platicaba con la gente de cosas que le habían pasado, yo me di cuenta que me contaba sueños, es decir, ellos mezclaban lo vivido con lo soñado, entonces yo ahí dije qué padre sería intentar hacer el retrato de un lugar, pero a partir de lo que la gente sueña.
Entonces, con el no de antemano, yo dije, “presenta algo muy loco, el no ya lo tienes, pero es el momento a lo mejor de iniciar eso que tenías en mente” y fue instantáneo, en cuanto leyeron eso, dijeron, “sí. ¿Qué necesitas? ¿Dónde?”.
El deseo de la gente por contar sus sueños
Y entonces, la idea de ellos era ponerme en un lugar un poquito con gente un poquito proclive a lo mejor a eventos culturales, y dije, “no, en el mero centro, sin previo aviso. La cabina, en Navidad, con todo el friazo de Chihuahua, ahí”, y que se acerque quien se acerque.
Yo no voy a ir como un vendedor de celulares haciendo que la gente entre, y nadie, nadie de los que entraron, nadie, a los que me preguntaban qué es esto, nadie me dijo “que es cosa más rara, y como se te ocurre”, no, pareciera que me estuvieran esperando, suena muy esotérico, pero es así.
O sea, encajó la idea perfectamente y tan es así que una señora en concreto fue al municipio y les dijo “oigan, ¿le pueden extender el permiso que tengo gente que quiere venir a contar sus sueños?”.
Y a partir de ahí fueron ellos los que me dijeron “oye, ¿y no quieres seguir y aventarte todo el Estado? Ir de pueblo a pueblo”. Y yo, pues, por supuesto. Y así fue.

Una aventura fascinante
Hablando de estas cosas esotéricas, pareciera que eso también lo liga con el pasado, con el del doctor Grinberg, de que hay líneas invisibles que nos unen, pareciera que de ahí viene también esto.
Pues sí, la verdad es que sí. De alguna manera, en 2010 inició Grinberg y de ahí empezamos a investigar y a preguntar.
Yo ya había soñado ahí con Chihuahua, entonces como que yo era una persona muy atada a lo sólido, en España era muy terrenal, de ideas fijas, como muy seguro de todo en la vida, de ideas ya construidas y de alguna manera México me zarandeó y me dijo “no”, porque me estaría negando algo que estaba siendo fascinante y prometiendo una aventura fascinante que al final ha sido.
Conexión con la audiencia de una forma especial
Ganaste el Festival Internacional de Cine de Guanajuato y por fin llega esta película a donde tiene que llegar que es el público. ¿Cuál es su sentimiento de que la gente va a enfrentarse a este experimento y va a también jugar con él?
Pues por lo que he ido viendo, al principio sí era como un salto al vacío, decía “pues aquí he sido honesto, aquí está el viaje, he ido a la luna y he traído esto” mínimo prometo un viaje que no se ha hecho antes, por así decirlo.
Y por lo que veo y por la reacción tanto en Guanajuato como en un pase en la Cineteca Nacional y después en otro festival, la gente que lo ha ido viendo está siendo muy gratificante en la conexión con este viaje, que de alguna manera sienten que se le ha abierto una puerta a un lugar donde no habían entrado, y de alguna manera es insospechada, pero si lo piensas bien, pues normal.
Conectan mucho porque todos soñamos al final y de alguna manera cuando en pantalla conectas con un personaje lo sueles hacer con cosas como de cierta manera ya previsibles con un background de otras películas pero en esta es de una manera un poquito más misteriosa y fresca y nueva y está siendo muy reconfortante la reacción del público, una sorpresa para mí y pues con muchas ganas de que siga ahí el recorrido.

Impulso de La dama del silencio
¿Qué viene para ti ahora?
Para seguir con el misterio que lo que decías de conexiones, después de trabajar en La dama del silencio [Cuevas, 2023] en el guión y estrenarla, fui a uno de los chamanes que visitamos con Grinberg, Iván Ramón, que falleció hace poco, y llevé a una persona ahí a que le hiciera una limpia.
Al salir me dijo “oye Miguel, ¿en qué andas ahora?” y yo le dije, pues acabo de estrenar La dama del silencio y pues ahí andamos ahora en transición de proyectos, tal cual, y me dice, es que aquí a ti lo que te toca ahora son ovnis. yo cómo que ovnis, si eso te toca ahora.
Siguiente proyecto: Los secretos de Billy Meier
Ni caso le hice, no era para nada un tema que yo tuviera encima de la mesa y al mes me marca Mark Alazraki y me dice “oye tenemos permiso para entrevistar Billy Meier que es un tipo que hizo la fotografía con la que se hizo el poster de Los Expedientes Secretos X [The X Files], quien vive en Suiza desde hace 25 años, quien no concede entrevistas, y lo va a entrevistar Julio Rojas, el creador de Caso 63. Tienes carta blanca para hacer lo que se te antoje con eso. ¿Te apuntas?”.
Nos fuimos a Zurich, y lo que iba a ser solo documentar ese encuentro entre un escritor de ciencia ficción y un personaje que pareciera salido de una historia de ciencia ficción, acabó siendo una película filmada en seis países.
Una aproximación documental, una búsqueda de todo lo que rodeó a la creación de esa foto misteriosa, en la que unos dicen que es verdadera, otros le quieren ver el truco pero no pueden acabar de descifrarlo.
Entonces fue un viaje apasionante durante dos años por seis países, que ahora ya estamos en fase de postproducción y será lo siguiente que se estrena, que se llama I want to believe y ahí tendrán noticias.