Carolina Mama transforma el dolor en música: su álbum Amina como homenaje y manifiesto feminista
El 10 de marzo del 2012 la joven marroquí Amina Filali se suicidó tomando veneno para ratas. Ella tenía 16 años. La razón de sus acciones es que su propia familia la obligó a casarse con un hombre diez años mayor que ella que la había violado un año atrás. Este terrible suceso causó indignación en todo el mundo.
La cantautora y cineasta Carolina Mama vivió de un modo distinto este suceso a cualquier otro individuo latinoamericano. Ella visitó Marruecos para seguir desarrollando sus estudios musicales pero lo que encontró en esa travesía fue coraje y una conexión que la inspiró a crear nueva música.
“Fui ahí a estudiar una música que se llama gnawa, que es un género, sobre todo tocado por hombres y luego fui a estudiar otro género de música que es tocado sólo por mujeres en ceremonias”, expresó la cantante de origen argentino en entrevista con Clímax en Medio.
“Diría que mi viaje por Marruecos fue largo y de mucho estudio pero mientras que estaba por allá, me andentré en la historia del feminismo en Marruecos y así encontré la historia de Amina. Fue maravilloso y difícil, sobre todo siendo una mujer y una mujer que no tiene esa cultura”, añadió.

De las raíces argentinas al descubrimiento del cine
Pero antes de continuar con este encuentro cultural, vale la pena viajar a su pasado. Los cimientos artísticos de Carolina Mama se forjaron en Argentina, inmersos en la riqueza del folclor local desde una temprana edad.
“Empecé haciendo música desde muy pequeña. Tocaba música folclórica argentina y sudamericana y empecé a los cuatro años. Mi primer instrumento fue el bombo leguero y también la voz”, dijo.
“Durante mi infancia y adolescencia seguí haciendo música pero cuando terminé el colegio secundario y con el pensamiento en mi familia de que la música no es una carrera así que elige otra cosa todo cambió”, agregó.
Su educación formal en un colegio secundario de artes fue el terreno fértil donde su vocación multidisciplinaria comenzó a florecer, sentando las bases para una carrera que entrelazaría imagen y sonido de manera inseparable.
Esta doble devoción la llevó a estudiar cine en la prestigiosa Universidad Nacional de las Artes en Buenos Aires.
“Es interesante que desde los 17 a los 23 trabajé muy dentro del cine y seguí tocando en bandas pero trabajaba más en proyectos de otras personas y no en mi propio proyecto, así que fue cuando dije ya”, siguió.
“Desde ahí volví con una pasión mucho más grande porque la música fue lo único que me generaba ilusión y esperanza de seguir viviendo”, continuó.

Nueva York: un puente hacia la experimentación sonora
Esta sólida consolidación en la escena local fue el preludio de una decisión crucial que redefiniría su horizonte: mudarse a Nueva York para expandir su lenguaje artístico. El puente hacia esta nueva etapa fue la obtención de una beca completa para estudiar composición en el distinguido programa The New School of Jazz and Contemporary Music.
Esta oportunidad fue transformadora, permitiéndole adquirir “herramientas de composición armónicas y rítmicas” del jazz, que enriquecieron y complejizaron su paleta sonora.
Desde entonces, ha adoptado una identidad nómada, describiéndose a sí misma como una “gitana” que, tras 11 años residiendo en Estados Unidos, divide su tiempo entre la intensidad de Nueva York y Los Ángeles y la serenidad de su casa en las montañas de Nuevo México.
El estilo musical de Carolina Mama desafía cualquier intento de clasificación simple. Lejos de adherirse a un único género, su obra es una “valiente fusión de herencias culturales” y paisajes sonoros cinematográficos que crean una experiencia inmersiva.
“A mí me gusta mucho experimentar y hay muchos artistas que admiro que lo hacen, que son un viaje que pueden atravesar por distintos viajes y formas, porque no dejo de ser, soy la misma artista en todas las canciones”, comentó a este medio.
“Cuando toco en vivo, me dicen mis amigos, que pareciera que estuviéramos en una película. Creo que ahí es cuando me doy cuenta que ese background de cineasta me afecta en la música. Como que busco distintos climas en un mismo disco”, agregó.

“Vestida de melodía” y “Dos almas”, sus cartas de presentación
Con esto deja en claro los elementos clave que definen su sonido: Raíces folclóricas, con una profunda conexión con las tradiciones musicales de Latinoamérica y el Norte de África; la incorporación audaz de elementos del jazz, el hip-hop y el rap, que aportan texturas urbanas y un espíritu de improvisación; un enfoque cinematográfico y la sofisticación académica.
Todo esto se ve reflejado en su música, desde los dos primeros sencillos con los que se dio a conocer “Vestida de melodía” y “Dos almas”, que fueron una carta de presentación bastante emocional:
“La decisión de las primeras canciones más en el tono cantautora tienen que ver con una presentación al mundo. Fue una presentación dulce y amable que habla de una faceta que tengo como artista y pero esta tercera canción habla de otra faceta mía que está más relacionada a Amina”, dijo la cantante.
Bajo el silencio: un himno feminista nacido del dolor
Se refiere precisamente a “Bajo el silencio”, una canción coescrita e interpretada junto al productor, mezclador e ingeniero hondureño Trooko quien ha trabajado con artistas de la talla de Beyoncé, Chris Brown, Camila Cabello, Jennifer Lopez, Rihanna, Bad Bunny y Residente.
Esta canción pertenece a su álbum debut que estrenó este viernes 26 de septiembre y que es un homenaje a aquel encuentro emocional y cultural que vivió en su viaje por Marruecos, que a este punto es necesario rememorar:
“Obviamente estuve tapada todo el tiempo, en un momento en el sur de Marruecos intentaron comprarme. Por ese lado también fue interesante como exposición a una cultura que quizás yo no tenía tanto conocimiento”, comentó.
“Creo que también está la parte más poética que estando por allí me sentí identificada con mis raíces sirias. Yo crecí en una familia siria. Conecté con la dualidad de esa cultura que quizás, como una persona de una cultura occidental, uno tiende a juzgar más que entender y estando en esa cultura hay que tener mucho respeto”, dijo.

La conexión más personal con Amina
Pero fue el caso de Amina el que la marcó especialmente por distintos motivos. Uno de ellos fue por su impacto social: “Esa historia colapsó la historia de miles de mujeres y fue un empuje para generar un movimiento feminista y cambiar una y más leyes”, añadió.
El otro aspecto, es a un nivel más personal que tiene que ver con su decisión de enfocar su camino en la música: “Siempre fui artista y estuve cerca de lo visual, así que decidí ser cineasta desde los 17, pero a los 23 años casi perdí mi vida”, dijo.
“Yo pude haber sido un caso de feminicidio, no lo fui solo porque, no sé, quizás mi abuelita desde el cielo me estaba cuidando. Las posibilidades de haber terminado en un feminicidio eran muy altas”, añadió.
“Me acuerdo de estar recuperándome y decir ‘no me importa nada, voy a volver a la música’”, comentó.
Es por eso que Carolina Mama encontró una conexión más profunda con el caso de Amina, ya que la música se convirtió en un motivo de esperanza y luz, y mientras se seguía preparando se encontró con la historia de la joven marroquí.

Amina: un manifiesto sonoro y político
El álbum debut Amina no solo es la culminación inevitable de su viaje como artista nómada, sino una obra donde su fusión de identidades culturales se convierte en la lente para abordar injusticias globales.
Mucho más que una colección de canciones, es un manifiesto que consolida su sonido y, de manera crucial, eleva su voz como artista y activista, pues ha formado parte de movimientos como Ni una menos en Argentina y otros más en Estados Unidos:
“‘Ni una menos’ fue un movimiento del que en su inicio yo formé parte y me cambió la vida. Recuerdo la primera protesta a la que fuimos. Uno habla de movimientos importantes y ya han pasado 10 años de esa protesta”, dijo.
“En ese momento fue cuando empecé a notar que se podían juntar las voces, que podían ser escuchadas y había un espacio me dio mucha liberación como mujer y persona”, enfatizó.
“Cuando me mudé a Estados Unidos también formé parte de otro movimiento feminista que también me atravesó y atraviesa mi música”, sumó.
Un llamado a la acción para que las mujeres sean seguras y libres
El disco es un testimonio valiente que une la belleza musical con un poderoso mensaje de justicia social, materializado en la imagen guerrera de la propia artista, quien aparece en la promoción del álbum ataviada con cota de malla a la Juana de Arco.
A través de Amina, la artista transforma el dolor y la indignación en un llamado a la acción y a la sanación colectiva y lo hace incluso desde diferentes estilos musicales:
“El disco es bastante ecléctico como soy yo y tiene música de distintos formatos, a veces cuesta abrazar a un artista que está en distintos géneros porque parece que hay que catalogarlos en un solo sitio pero yo no soy una artista en ese sentido”, expresó.
En un trabajo de carácter político, con “Bajo el silencio”, Carolina Mama evoca un llamado a la acción, una lucha apasionada por un mundo donde las mujeres sean seguras y libres, un clamor explosivo por la justicia ante la violencia atroz.
“Esta canción es un llamado a la resistencia, a la revolución y al empoderamiento. Es un desafío al mundo para que nos mantengamos unidos y destruyamos los sistemas de opresión. No nacimos para rendirnos; nadie debería hacerlo”, reflexionó la artista argentina.
“Si bien en la canción estoy rapeando, lo hago desde un lugar donde se genera un contenido melódico distinto, porque se nota los ritmos latinoamericanos de los que me he influenciado. Creo que es una canción que tiene que ver con el sentimiento de que la música nos atraviesa”, agregó.
Una voz feminista que conecta continentes
Con este trabajo la cantautora conecta con diferentes mujeres que han llevado su lucha feminista a la música. Con México, especialmente conecta con una cantante:
“Una de las mexicanas que me influye es Silvana Estrada por algo de la sinceridad en su música que hace mucho no escuchaba por ese mainstream que se está viviendo. Hay muchas artistas mujeres en este momento”, destacó.
Finalmente, el camino de Carolina Mama en la música profesional comienza, pero ella tiene claros sus objetivos: “Sacar un disco es como tener un bebé. Es mucho trabajo y mucho navegar. Lo saco en EU, siendo latinoamericana en un momento muy complejo. Es un disco político y es algo necesario”, expresó.
“Lo presento en vivo en Argentina y Nueva York pero la idea es hacer gira por Latinoamérica y en Europa”, sumó.
Pero lo más importante la forma en que ella espera conectar con el mundo: “Amina es la introducción perfecta a mi obra: audaz, tierna, arraigada y revolucionaria”, cerró Carolina Mama.